jueves, 1 de noviembre de 2007

Revelaciones 1:...no solo de pan...


Era un día mas, una mañana radiante que dejaba volar la imaginación. El sonido de las aves cantando, el aroma húmedo en el aire refrescaba el alma; yo lo percibía aun estando dentro de la tienda. La verdad, era algo sublime; ver el amanecer desde mi cocina mientras preparaba el desayuno; despreocupado, casi descuidado del resto, todo encajaba a la perfección. Una sensación de soledad que llenaba el alma y abrazaba el corazón…. Miles de pensamientos disueltos en nada, todos los sentidos puestos en los sonidos, aromas, imágenes…..

De improviso algo me hizo volver a la realidad cuando con fuerza inusitada y con bastante insistencia alguien golpeo a la puerta de madera antigua (no recuerdo el nombre de la madera).

-me parece que llego demasiado temprano…. Que extraño- me repetía en mi cabeza como si supiera lo que debía pasar, lo mas extraño es que durante unos minutos seguía con esa idea y no me cuestionaba porque lo hacia. ¿Cómo podría saber quien era y suponer que llego mas temprano de lo esperado?
-seguro que esta impaciente, la juventud es así al fin y al ca…. No terminaba de pensar aquello cuando la puerta nuevamente llamo mi atención, esta vez fue debido a que alguien desde fuera giro la manilla, pero la puerta no abrió!
Nunca se ha dejado la puerta de La Tienda cerrada…. Jamás!. Recuerdo claramente las palabras del Anciano antes de retirarse a su infinito letargo:

“…..nunca cometas los mismos errores que yo, si alguien va a la puerta, déjale que entre… cualquiera puede, todos pueden; si quieren, pueden. Pero jamás, y que te quede claro, jamás abras tú si alguien golpea, ya vez lo que me sucede a mi….. Además, de noche debes dejar sin cerrojo, mas bien nunca le coloques el cerrojo…nada te pasara si sigues las NORMAS DESCRITAS….ahora debo marcharme a mi meta final y te aseguro que nos veremos nuevamente en algún lugar…. Paz amigo……”
¿Como entonces no puede abrir la puerta?.....

El sonido se fue, y con el la angustia también. Todo en un par de segundos volvió a ser completamente normal, hermoso. Tome la escoba y abrí la puerta, barrí la entrada como de costumbre y ante mis ojos algo increíble, un pan apoyado en una de las orillas salientes de mi ventana dejado cuidadosamente bajo un paño limpio; mire a ambos lados de la casa, por el estrecho sendero que daba a la salida principal, hacia los árboles llenos de vida y flores pero nada, nadie cerca ni sonidos en sus hojas, ¿quien y cuando puso el pan en la ventana?
-Oh no!!!…..
Salte hacia atrás como cuando alguien te grita muy de cerca y recordé aquel incesante golpeteo a mi puerta, la manilla girada, -Oh dios!!!- grite asustado – ¿será posible?- estaba sudando, temblando por el temor de no saber quien podría ser, que podría ser.

Intente moverme pero fue inútil, por lo que cerré los ojos por unos instantes y sin vacilar un solo segundo me abalancé sobre el pan y lo tomé.
-AHaay…- estaba hirviendo, como recién sacado del horno. Casi lo dejo caer pero con habilidad circense logre tomarlo nuevamente, esta vez ayudado por el paño.

No podía ser que se mantuviera tanto rato tan caliente, era extrañísimo, por decir poco. Teniendo el objeto en mis manos decidí volver a la paz de la tienda una vez mas, cerrando la puerta tras de mi.
Deje el pan en uno de los cajones y tome la cajita musical, esa que necesitaba dejar encime del mesón de atención, a un costado de mis crucigramas, casi en una posición que ya conocía. Al lado pero con su tapa abierta y a la vista; en verdad era una belleza y llamaba la atención aun en esa media-escondida posición, por eso debía colocarla ahí. -¿debía?-

Finalmente apareció. Con una voz suave, pero segura de si pregunto: - ¿se puede?, ¿hay alguien ahí?
-adelante por favor, estas en tu tienda-respondí sin problemas con la escoba en la mano.
-buenos días…. He venido a…
-Me permites unos minutos?, estoy terminando de hacer el aseo y vengo, por favor ponte cómoda…..-dije seguro y confiado de que mi tarea estaba cumplida, el resto lo haría ella…..

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